«Energía para la vida»
“La amabilidad es contagiosa. Provoquemos una epidemia”. Así se presenta Rodolfo Collado Salvo, profesor de Educación Física, Director Artístico de “Los Abuelos”, un grupo musical formado por personas mayores en Chile.
Por Adela Lossilla*
No es casualidad que con Rodolfo entablé conversaciones un 1 de mayo, día internacional del Trabajo. Curiosa en conocer experiencias de voluntariado de personas mayores en otros países, atravesé la Cordillera e ingresé en las páginas webs de la República de Chile, hasta encontrarme con la Fundación Las Rosas, ubicada en la región metropolitana de la capital. Fundada hace 50 años, esta fundación trabaja con un buen número de voluntarios que brindan su acompañamiento en los distintos hogares o residencias que posee la fundación.
En Las Rosas el voluntariado no está clasificado según edad, sino por el servicio que cada individuo presta en los hogares. Tal como se expresa en su página web, existen distintas formas de ser voluntario; puede ser de forma individual, grupal o a través de las Damas de Blanco.
Rodolfo es el más joven de “Los Abuelos”, un grupo de 14 voluntarios, donde la mayor tiene 86. Desde el 2016, invitados por las Rosas, visitan mensualmente distintos ELEAM, sigla asignada a los establecimientos de larga estadía para adultos mayores en Chile. Allí, les regalan a los residentes un repertorio especial para ellos, canciones del recuerdo y bailes de esa época; también llevan canciones y bailes populares del momento, salsa o cumbias.
La “abuelo terapia”, como llaman estos mayores a sus actividades artísticas, ayuda a los residentes a sentirse transportados en el tiempo. Me cuenta Rodolfo que “se les pide que canten con nosotros y deben buscar en su memoria las letras de las canciones, lo cual hace milagros”
Frente a mi consulta sobre el perfil de sus compañeros y lo que los une, Rodolfo me cuenta que en los miembros de “Los Abuelos” son profesores con experiencia de trabajo comunitario. Sienten inspiración y compromiso con su tarea, y eso es lo que los mantiene unidos.
La satisfacción es mutua. Al grupo le encanta lo que hace, haciendo de sus participaciones una terapia para ellos mismos. “Nos toca lo más profundo de nuestros sentimientos” me confiesa Rodolfo.
Como si esto fuera poco, el grupo “Los Abuelos” también ofrece su arte a los más chicos. En concreto, participan también en una institución que alberga a niñas entre 5 y 18 años, que han sido derivadas desde los Tribunales de Familia por grave vulneración de derechos. Ahí, además de artistas, cumplen el rol de abuelos.
El voluntariado para Rodolfo es un espacio para transmitir su energía y felicidad. Es, además, una tarea compartida con su familia. Me cuenta entusiasmado que su esposa también es parte del grupo y, en sus tiempos libres, su nieta de 10 años es “la DJ” de los encuentros.
Rodolfo Collado demuestra, sin duda, que la vida sigue después de la etapa laboral. Encontró en el baile y el canto una oportunidad para mantenerse activo y compartir su alegría. ¿La recompensa? Un público que le devuelve más de lo que necesita, haciéndolo sentir con su danza que otros disfrutan de su trabajo y que el voluntariado es una actividad de intercambio que ¡no tiene precio!
Parientes argentinos
La música es una energía que atraviesa fronteras. Mi experiencia como voluntaria me permitió conocer la trayectoria del grupo Papelnonos, que hacen instrumentos musicales con papel y ¡quienes los tocan son adultos mayores! Esta fundación fue creada en 1989 en Mar del Plata y busca promover y desarrollar un espacio para imaginar y descubrir una nueva vejez.
Jorge Strada, el creador de la fundación dice en la página web: “Es mucho más que construir instrumentos de papel. La experiencia en Papelnonos le permite a quienes integran la institución poder subirse a un escenario, recibir un aplauso y robarse las lágrimas de emoción del público, con voluntarios de entre 80 o 90 años.
La experiencia se replicó 70 veces en diferentes ciudades de la Argentina y también en México, Ecuador, Costa Rica y quien dice que alguna vez, el grupo “Los Abuelos” y “Papelnonos” puedan compartir la energía de la vida en un mismo escenario.
Adela Losilla
Es voluntaria de la Fundación Navarro Viola y forma parte de #VocesMayores, una sección donde los voluntarios mayores escriben historias de voluntariados nacionales e internacionales, en los cuales las personas mayores son las protagonistas y sus formas de acción son ejemplos a imitar.