Las personas mayores representan hoy un recurso valioso, aunque desestimado para ejercer trabajo voluntario. Este grupo etario no sólo demanda atención y cuidados, sino también merece participar activamente en la sociedad, aportando sus saberes, sus habilidades y su experiencia. Si bien 2 de cada 10 personas mayores realizan tareas voluntarias, 4 de cada 10 declara interés y predisposición para realizar actividades de esta naturaleza (UCA, Fundación Navarro Viola, & Banco Supervielle. Barómetro de la deuda social con las personas mayores, 2018).
Las tareas voluntarias aportan altos niveles de satisfacción a todos los voluntarios, pero en el caso de las personas mayores, estos niveles son aún mayores (Voices!, 2013). La acción voluntaria ayuda a los mayores a revalorizar su vida y experimentar la existencia con un nuevo sentido, manteniéndose activos y comprometidos con nuevos proyectos; los invita a desarrollar nuevas habilidades, ganar confianza y a evitar el aislamiento a través de la socialización y la creación de redes.
Es por eso que asumimos el compromiso de desarrollar, acompañar y visibilizar experiencias de voluntariado con personas mayores para socializar una mirada positiva de la vejez, promoviendo su protagonismo, fomentando las relaciones intergeneracionales y favoreciendo el ejercicio de sus derechos.