Las voces mayores que conforman este Registro Federal de Vivencias y Saberes comienza, poco a poco, a cerrar el año. En este último viernes de noviembre, traemos la voz de Alcides, un cordobés de 90 años que nos regala un relato sobre todos esos momentos del día y de la vida que, como dice él: lo hacen vivir. Un testimonio en el que, lo que fuimos, y lo que proyectamos, forman el entramado de nuestro presente. ¡Te invitamos a conocerlo!

¡Hola! Soy Alcide Luis Porporatto. Tengo 90 años. Vivo en la localidad de Porteña, provincia de Córdoba. Y con casi 91 años, en las últimas elecciones, ¡fui a votar!

Desde muy pequeño fui una persona activa e inventiva; eso me llevó a cumplir mis sueños, entre ellos, tener dos cines y trabajar por más de 55 años. Hasta el día de hoy, esa energía interna sigue viviendo en mí, es parte de mí, es quien soy.

Al levantarme, cada mañana, pienso porque, pensar, ¡me hace vivir!. Esté solo o no, permanentemente busco algo para hacer, algo que me entretenga y mantenga activo. Me considero una persona muy detallista y curiosa, pero no es que busque los detalles, ¡los detalles vienen a mí!  De joven dibujaba mucho y todos esos dibujos, los tengo compilados en un libro.

También vivo por mis nietos. Cada día, al levantarme, leo la carta que me hicieron para mis 90 años; la tengo colgada en la piecita del fondo del patio donde tengo mi escritorio. Cada mañana la toco y me persigno para que tengan suerte. ¡No puedo explicar lo que los quiero!

Continuando con lo que me reconforta, me gusta mucho contar cuentos y chistes; es algo que heredamos los cordobeses. Tengo un gran amigo a quien, cada vez que veo, me inspira y le hago morir de la risa. Con sólo pensar en esto, ¡también me hace vivir!

Creo fervientemente en la “Madre Naturaleza” porque de ella vengo y a ella voy, y creo en Jesús quien defendió a los humildes.

Como todos, tuve y tengo momentos buenos o lindos y momentos difíciles o malos. Pasé por dos cánceres y me los aguanté porque tenía el espíritu de supervivencia. No le tengo miedo a la muerte, aunque sí me da lástima morirme, porque dejo a mi familia y amigos. Pero le rezo todos los días a la Madre Naturaleza y a Jesús por una muerte digna. También les pido para poder seguir caminando. Mientras pueda seguir caminando, me basta. Camino con el bastón, a mi tiempo, despacito, pero lo importante es que me puedo mover.

Mientras tanto, vivo de los recuerdos, vivo de lo logrado, de los proyectos y del porvenir porque pensar me calma, me sana, me mantiene activo y ¡me hace vivir!

Alcide Luis Porporatto, 90 años, Porteña, Córdoba.