Las voces mayores que conforman este Registro Federal de Vivencias y Saberes comienza, poco a poco, a cerrar el año. En este viernes de diciembre, traemos la voz de Olga, que nos transporta a sus recuerdos. Te invitamos a leerla.
Me transporto, a los recuerdos más íntimos, lejanos, transcurridos a lo largo de mis 70 años. Oriunda de Salta, Tartagal. Mis padres dueños de almacén, aquella época » “ramos generales». Calles y veredas de tierra, desplegábamos nuestros juegos infantiles… figuritas, pelotas, elásticos, escondidas…tantos. La bicicleta, mi siempre aliada.
¡Los carnavales! Nadie se salvaba de ser mojado, pintado ¡Qué tiempos! Conforme íbamos creciendo, era pasear dando vueltas y vueltas en la plaza del centro. Primeras miradas lánguidas al chico que nos gustaba y cuchicheos y risitas, con amigas de paseos.
A mis 14 años mis padres deciden mudarse a Córdoba. ¡Qué desarraigo tan sufrido! ¡Cuánto extrañaba!! Siempre fui entusiasta. En el colegio tuve compañera, aún seguimos siéndolo, no vidente. Ayudaba estudiar, salíamos a pasear y compartir veranos.
¡¡¡La música… ocupaba lugar bueno en mis días !!! Palito Ortega, Leo Dan., luego The Betatles, Bee Gees, Pink Floy, Sandro, Nino Bravo, tantos más…
El tiempo transcurre rápido. Me caso, tengo una hija, ¡¡mis padres van envejeciendo serenos.
Ingreso, luego de recibirme de Instrumentadora Quirúrgica, a Hospital Público de Córdoba, estaba casi en el centro. Más de 25 años dediqué con profesionalismo y vocación de servicio, con adrenalina , empatía.
Siempre mi lema: trabajar en equipo y camaradería. Sigo conservando mis amigos del trabajo. Continúo, en mi vecindad me solicitan colocar inyecciones, tomar presión arterial, hasta curar empacho ¡Nunca cobré!
Fallece mi marido, justo al año de jubilarme. Viviendo sola, me hice aún más fuerte. Tuve que hacerlo. Encaré desafíos, decaídas, miedos.
Por insistencias de mi hija, comencé algunos domingos a hacer viajes del día. Me anoté en talleres de Centro de Jubilados ¡y a estar mejor!
Me animé por viajes más largos… conocer otras Provincias. Hice con contingentes, sola. Así hice de grandes amigas, hoy, aún lo somos. Realicé mi 1er viaje en avión, a Chile, sola. Allá nos conocimos con dos señoras tucumanas, todavía nos saludamos por WhatsApp todos los días.
En este derrotero mi hija se casa, y, tengo mi nietito, de 5 años. Es mi gran amor.
Un día ¡y sin aviso! Nos invade la pandemia por Covid. Somos los adultos mayores los primeros en No permitirles tener contactos con el mundo exterior a nuestras casas. Hacemos frente, oramos, tenemos esperanza por la lucecita al final del túnel. Nos mantuvimos activos tantos meses hasta que la ciencia y su milagro llegan ¡Las vacunas! Alegría y tranquilidad para nosotros.
Nos zambullimos en las redes informáticas. Descubro que me gusta tejer al crochet y dos agujas. Sigo aprendiendo por YouTube nuevos platos de comida que preparo cada domingo para recibir a mi familia. Hago talleres virtuales. Me animo a sentir que esto terminará. Vivo mi plenitud con mucha paz.
Nos merecemos haber aprendido algo de esta terrible pandemia. Emprender un mundo mejor: empático, con valores humanitarios, solidarios.
Olga Albarracín, 70 años, Tartagal, Salta.